De Manuel Fernández Espinosa
No es nuevo que la soberanía nacional es a día de hoy un concepto sin contenido. Nos dictan la política nacional desde otras instancias. Pero eso pasa, tal vez con menos descaro y sinvergüencería, desde hace siglos: desde que perdimos nuestra hegemonía mundial.
Desde entonces España ha venido decayendo hasta convertirse prácticamente en una colonia: nuestros recursos naturales han sido (y son en el presente) explotados a placer por ajenos con la complicidad de una casta política que, si entonaba el discurso patriótico lo hacía a título de pomposa y vana retórica, pues, mientras los políticos liberales del siglo XIX invocaban a España, las grandes compañías inglesas y francesas explotaban nuestras minas a la vez que nuestro pueblo era empleado como mano de obra en las condiciones más precarias.