domingo, 16 de febrero de 2014

RUIDO



Tomás Pérez Vallejo.


Desde el punto de vista lingüístico, el ruido es cualquier perturbación que se sufre en un proceso de comunicación, por lo que la comprensión del mensaje que se desea transmitir queda a expensas de esta distorsión. El ruido puede tener su origen en el emisor, el canal que se usa para enviar el mensaje o en el receptor.

En la comunicación política más que ruido hay estruendo, y se juntan en hambre con las ganas de comer. Por un lado el emisor, los políticos, hablan medias verdades (por no decir abiertamente mentiras), son farragosos y la claridad del mensaje brilla por su ausencia. Por otro lado, el canal por el que nos suele llegar el mensaje que emiten los políticos son los medios de comunicación, muchas veces sostenidos mediante inyecciones de publicidad institucional, con lo cual el ruido lo provoca la subjetividad del medio untado. Finalmente el receptor, que somos los ciudadanos, nos falta para eliminar el ruido de estos mensajes cierta cultura política, con lo que solemos deglutir cualquier papilla si nos la adornan bien a modo de avioncito. El último avioncito que me ha entusiasmado ha sido protagonizado por “el desaparecido”, no hablo de Manu Chao, sino de Cándido Méndez. Resulta que sale de la madriguera para derrochar ingenio en la siguiente frase: “en este momento Coca-Cola ha dejado de ser la referencia de la chispa de la vida” (¡tú sí que tienes chispa chaval!), pero de lo suyo ni mu, mas qué podemos pedirle a una persona cuyo referente del pulso de la vida es una gaseosa.

En Macael no hay cantera suficiente que de abasto a tanta frase meritoria. Cospedal en la pasada convención nacional del PP, se quedó tan a gusto soltando un: “o el Partido Popular o la nada”. Son miles de científicos los que han tratado el tema del vacío, y estaba tan a mano, que nadie llegó a la conclusión de que simplemente se trata de la ausencia del PP. Desde aquel día dejé de ser seguidor de Punset para alistarme en las filas de la mejor divulgadora científica que ha parido la humanidad. Bromas  aparte, me recorrió un escalofrío por la espalda cuando me vino a la cabeza, al oír a la manchega, aquella otra frase de “socialismo o muerte”. Sinceramente es terrible que los políticos no solo piensen estas estupideces, sino que las digan, y peor aún es que sus compañeros les dejen decirlas, y lo nefasto es que los oyentes aplaudan estas cositas con entusiasmo  de autobús y bocadillo gratis.

No han sido realmente estas frases las que me han provocado escribir el presente artículo, sino la situación que se está viviendo en Navarra, donde presumiblemente hay indicios de corrupción en su gobierno regional. Por ello el PSN pretende rentabilizar este hecho mediante una moción de censura que apoyaría, entre otros partidos, los “corderitos” de Bildu. Con esto último el PP también quiere hacer caja, y lo toma como escusa para descalificar la posible moción y de paso a los socialistas por andar con tales compañías. Ruido, nada más que ruido, una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa. Los hechos hay que verlos por partes, si no, uno se despista y al final no lo entiende, y precisamente eso es lo que se pretende con estas alharacas. Hablando en cristiano, si en el gobierno hay un chorizo, falta tiempo para largarlo, si yo tengo la potestad de hacerlo, lo hago, y me da igual los votos que me puedan apoyar, otra cosa es si yo le voy a estar tirando los tejos después a los “corderitos”, o como tiempo ha denominó Aznar, tan del PP como los acusadores, el Movimiento Vasco de Liberación.

Dice también Cospedal que la ideología del PP consiste en “trabajar por España y por el beneficio de los españoles”, y que “el PP es el partido que pone por encima de sus propios intereses el interés general de España”, ante esto último, sin ruido alguno y con un cincel en la mano gravaré en un canal claro como una superficie pétrea, “EXCUSATIO NON PETITA, ACCUSATIO MANIFESTA”, he dicho.

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