lunes, 18 de noviembre de 2013

¿El servicio, por favor?

De Tomás Pérez Vallejo

Sería millonario si me dieran un duro (que es más castizo) por cada vez que he oído eso del servicio a España, casi siempre frase contextualizada en un ambiente etílico. Dentro del llamado movimiento patriótico, hay frases de ese tipo que suelen vaciarse de contenido. La ya referida se supone, la mayoría de las veces, portando un arma, porque el arquetipo del predicador suele ser el del revolucionario de mesa camilla.

Este momento histórico en el que vivimos y en el que hay que apostar bien por un paradigma antropocéntrico a contracorriente, bien este que se nos ha impuesto, en el que el hombre no tiene más valor que una pieza productiva más, o el de un simple consumidor.

El fin de la Segunda Guerra Mundial y el posterior derrumbe de la órbita soviética, produce económicamente el triunfo del capitalismo y políticamente el de las democracias liberales, junto con la tendencia generalizada de que no existe alternativa alguna a este sistema. Esta pauta es seguida por los partidos mayoritarios, lo acabamos de ver en la última reunión del PSOE, y del mismo modo sucede con los partidos regeneracionistas de nuevo cuño tipo UPyD o Ciutadans, que no van más allá de tratar de parchear el sistema político, pero que el económico parece que les sirve.

¿Qué es servicio? y ¿qué es España? Tal como he mencionado al principio ambas palabras se diluyen en el éter y las diarreas mentales. España no es ningún ente fantasmagórico, somos los españoles pasados, presentes y futuros. Los pasados nos dejaron un legado y un ejemplo de vida, muchas veces errado y del que hemos de aprender. Los presentes hemos de mantener esa herencia y a modo de mayorazgo ha de ser guardada, defendida y a ser posible ampliada para los que vengan. ¿Qué hay que mantener y ampliar? Aquello que nos aporte a los españoles la mayor autonomía posible. ¿Cómo se consigue esto? Mediante el servicio al bien común. ¿Cuál ha de ser el papel actual del “movimiento patriota”? trabajar para desarrollar dicha autonomía, y esto último tan solo se concibe mediante el poder político que da la capacidad de legislar.

De este modo estamos viviendo un momento en el que si queremos servir a España, a nuestros antepasados y a los que vendrán, hemos de unificar fuerzas dando ejemplo de diplomacia, conciliación y mano izquierda, porque lo que se juega es mucho, quizá sea la última oportunidad de poder cortar esta necrosis que engangrena nuestra Patria a pasos agigantados.

Existe un tipo de mariposa, la monarca, que recorre alrededor de unos 5000 kilómetros en una larga emigración desde México a Canadá ida y vuelta. Este viaje lo hacen en unos cuantos meses e invierten en ello varias generaciones, pero tienen muy clara cuál es su misión, si los patriotas no llegamos a tener claro nuestro puesto en el momento actual, el servicio estará donde desde hace ya demasiado tiempo ha permanecido para nosotros, al fondo a la izquierda.

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